1. LA CRÓNICA MANUSCRITA DEL GRAN CAPITÁN
Obra escrita en el siglo XVI, de autor anónimo. El original
se encontraba en el convento de San Agustín de Montilla. Tras la
desamortización pasó a la Biblioteca Nacional. Parece que el autor debió de ser
una persona que acompañó al Gran Capitán en las campañas de Italia.
En el Octavo Libro,
Capítulo XIII, se encuentra esta crónica de lo ocurrido el 10 de octubre de 1503:
"Cómo el Gran Capitán mandó combatir la Abadía de Monte Casino, adonde se había recogido Pedro de Médicis, aquel capitán de quien dijimos atrás.
En uno de los
capítulos pasados dijimos cómo Pedro de Médicis, hijo del magno Lorenzo de Médicis, capitán
del Rey de Francia, se había recogido á
Monte Casino, una abadía de monjes benitos, la cual abadía era de Lorenzo de Médicis, su hermano,
que después fué Papa León décimo;
y el Gran Capitán, por reverencia del cuerpo
de Sant Benito y Santo Acacio y de once mil
mártires y de otras muchas reliquias, cuando la
otra vez por allí pasó no la combatió
por la causa dicha, antes le movió partido que
se diese, y el Pedro de Médicis prometió que
dentro de seis días se saldría de allí. Mas
visto el grande ejército de franceses que venía y
tan poderoso, no quiso salirse, pensando de
se poder sostener hasta que el campo de los
franceses llegase, que venía ya cerca;
estúvose quedo y hízose fuerte.
El Gran Capitán
requirió á este Pedro de Médicis que se
entregase, porque aquello era lo que más le cumplía.
Vista su determinación, mandó á ciertos
capitanes que combatiesen la abadía y que la
artillería les batiese el muro, y que no llegasen á la
iglesia, y mandó á Medina, aquel su privado, que
ocupase la iglesia, para que no la
saqueasen los soldados; lo cual así fué hecho.
Los franceses se comenzaron á defender; mas visto
el poco fruto quede ello sacaban, y
visto que los españoles se subían á lo alto del
monte y que jugaban ya la artillería,
habiéndoles dado un recio combate, los capitanes de
infantería llamados Ochoa y Arteaga,
vizcaínos, subieron por una soga puesta por cima
de la muralla, y el Arteaga entró por una pequeña
abertura que en el muro había hecho una
pelota; al cual siguieron sus alférez compañeros
de bandera. Fué tanta la priesa que
los soldados se dieron á los entrar en aquella
abadía, que fué cosa maravillosa. El Medina (*) con
ciertos soldados, á quien el Gran
Capitán encomendó aquella guarda, defendieron
las reliquias de los santos, que estaban puestas en
un grande árbol todo de plata, y
colgados de las ramas el cuerpo de Sant Benito
y Santo Acacio y muchas y muy diversas
reliquias de muchos santos. Los soldados robaron
cálices y cruces y ornamentos y
frontales, casullas y dalmáticas con los candeleros de
plata; lo cual todo lo compró el Gran Capitán
á los soldados y lo volvió sin quedar cosa
alguna y todo lo restituyó al monasterio. El
Medina tomó de aquellas reliquias un dedo de
Sant Sebastián para traer á Montilla, y lo
dio á D. Pedro de Córdoba, Marqués de Priego, y
está hoy en Sant Sebastián de Montilla,
y los monjes lo tuvieron por bien, y el Papa le
dio licencia para que lo llevase por
haber tan bien guardado todas las otras
reliquias.
Todas aquellas
reliquias tomó el Medina y las puso por
inventario, y las entregó á los monjes delante del
Próspero y del Duque de Termoli. Tomó también
aquel Medina un pedazo del lienzo que Nuestro
Señor tuvo ceñido cuando lavó los pies á
sus discípulos, los cuales le fueron dados
por la fiel guarda que hizo de las
reliquias, como hemos dicho. En dos cajitas de oro
las tiene hoy doña Catalina Hernández de Córdoba,
Marquesa de Priego, y el Papa dio
al Medina, como dijimos, la licencia para las
dar al dicho Marqués, con condición que ningún
interese recibiese por ellas."
(*) Al margen de letra
del siglo XVII: «Este Medina se llamó Pedro
Gómez de Medina».
2. JOSÉ PONFERRADA GÓMEZ
Hemos visto cómo el Gran Capitán tomó de las reliquias de Monte Casino (aparte el trozo de lienzo) solo la de un dedo de San Sebastián para enviarlo a Montilla, a la iglesia de San Sebastián. Y allí estuvo no sabemos por cuanto tiempo. Sin embargo, esta iglesia pasó por circunstancias lamentables, usándose en los tiempos de la segunda república y posteriores como salón de ensayos musicales, sala de proyecciones, etc. Afortunadamente, no sabemos cuando, alguien se preocupó de la reliquia y la llevó al monasterio de Santa Clara, donde se situó junto a un cuadro de San Sebastián.
Tanto el episodio de Monte Casino, como la reliquia del dedo de San Sebastián, cayeron en el olvido entre los fieles de Montilla. Fue el gran investigador y escritor sobre temas montillanos D. José Ponferrada Gómez el que, volviendo a investigar sobre el tema que nos ocupa, descubrió de nuevo la reliquia en el monasterio de Santa Clara, año 1971 (véase su obra "Espigando en nuestra historia - Cartas y capítulos montillenses" pags. 15-17).
Desde entonces la reliquia se venera en la actual parroquia de San Sebastián, sobre todo entorno a la fiesta del mártir.
2. JOSÉ PONFERRADA GÓMEZ
Hemos visto cómo el Gran Capitán tomó de las reliquias de Monte Casino (aparte el trozo de lienzo) solo la de un dedo de San Sebastián para enviarlo a Montilla, a la iglesia de San Sebastián. Y allí estuvo no sabemos por cuanto tiempo. Sin embargo, esta iglesia pasó por circunstancias lamentables, usándose en los tiempos de la segunda república y posteriores como salón de ensayos musicales, sala de proyecciones, etc. Afortunadamente, no sabemos cuando, alguien se preocupó de la reliquia y la llevó al monasterio de Santa Clara, donde se situó junto a un cuadro de San Sebastián.
Tanto el episodio de Monte Casino, como la reliquia del dedo de San Sebastián, cayeron en el olvido entre los fieles de Montilla. Fue el gran investigador y escritor sobre temas montillanos D. José Ponferrada Gómez el que, volviendo a investigar sobre el tema que nos ocupa, descubrió de nuevo la reliquia en el monasterio de Santa Clara, año 1971 (véase su obra "Espigando en nuestra historia - Cartas y capítulos montillenses" pags. 15-17).
Desde entonces la reliquia se venera en la actual parroquia de San Sebastián, sobre todo entorno a la fiesta del mártir.
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